LA HISTORIA DE EL REY ARTURO
Esta historia ocurrió en un lejano lugar hace mucho, mucho tiempo, cuando había castillos para los reyes y os caballeros libraban batallas cubiertos con armaduras.
En ese lugar gobernaba un rey muy reconocido entre sus súbditos llamado Arturo. Al asumir su reinado, Arturo se encontró con la existencia de un temible dragón que atacaba la población.
El dragón vivía en el interior de una montaña rodeada por un gran lago.
Cuando estaba hambriento, llegaba al poblado en busca de alimento. Si esto
ocurría, no había lugar donde encontrar resguardo, pues el dragón con su
aliento de fuego, hacía arder todo cuanto se le cruzara en el camino. Ante cada
aparición del dragón el poblado quedaba hecho cenizas y entonces el rey Arturo
enviaba a sus hombres a reconstruirlo.
Pero como el dragón embestía y embestía contra el pueblo con tanta
frecuencia, nunca lograban reparar definitivamente los daños. Así fue que el
rey decidió ir en busca del dragón arriesgando su propia vida.
Arturo le pidió consejo a su más cercano colaborador, el mago Merlín.
-No podrás vencer al dragón. Su
lengua de fuego te hará cenizas –dijo el mago.
-Entonces deseo arder más que el
propio dragón – le respondió Arturo.
Así fue que Merlín convirtió a Arturo en una enorme bola de fuego.
Arturo, hecho fuego, fue hasta el pie de la montaña donde vivía el dragón. Pero
el lago apagó su fuego.
Arturo, nuevamente, pidió consejo al
mago Merlín.
-No podrás vencer al dragón
fácilmente. Sus gigantes alas le permiten volar con velocidad y es difícil
alcanzarlo –le dijo el mago-
-Entonces deseo ser más veloz que el
dragón -le respondió Arturo.
Merlín convirtió a Arturo en viento.
Arturo, hecho viento, fue a buscar al dragón. Pero a montaña detuvo el viento.
Arturo regresó a Merlín.
-No podrás vencer al dragón
fácilmente. Su maldad es muy grande –le dijo Merlín.
-Entonces deseo ser más peligroso que
el dragón -le respondió Arturo.
Merlín convirtió a Arturo en serpiente. Arturo, hecho serpiente, fue a
buscar al dragón. Pero su pequeñez no
pudo contra el dragón, quién con un solo movimiento de su cola lo hizo volar
por los aires.
Arturo ya estaba exhausto de batallar y ser vencido. La población
empezaba a ponerse ansiosa, pues de un momento a otro el dragón atacaría
nuevamente.
Arturo le pidió a Merlín todo el poder de su magia. Y así sucedió.
Arturo fue viento y llegó hasta la montaña. Una vez allí, Arturo fue serpiente e ingresó al interior de la montaña por una pequeña abertura. Ya en el hueco donde habitaba el dragón, Arturo se convirtió en fuego y todo el interior quedó envuelto en llamas.
Al día siguiente, todo el pueblo se
acercó hasta la montaña. Solo había un montón de cenizas que una leve ventisca,
poco a poco, hacía desaparecer. Y e n medio de este espectáculo estaba Arturo,
llorando de emoción y alivio ¡Había vencido al dragón!
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